miércoles, 10 de diciembre de 2014

Buscar a Dios siendo misionero. En el Día del Domund cobra especial significado la labor de misioneros como Miguel Ángel, de 68 años y natural de Pozal de Gallinas (Valladolid), un sacerdote diocesano que vive desde el 98 en el Seminario Mayor de Puerto Maldonado, después de pasar por Uruguay y Ecuador - ¿Por qué decide ser misionero? - Desde el Seminario sentí el deseo de dedicar un tiempo de mi sacerdocio a las misiones. En 1960, estando de coadjutor en Pedrajas, me enviaron a Uruguay. Después, en 1980, la diócesis me volvió a enviar, esta vez a Ecuador, donde pasé cinco años con indígenas «saraguro» en las alturas de la sierra andina.En el 98, me conceden volver a la misión, pero para formar sacerdotes nativos en el Seminario Mayor del Vicariato de Puerto Maldonado. - ¿Cómo es esa zona en la que vive? - Estamos en plena selva amazónica del sur del Perú, al lado del río Madre de Dios que da nombre al departamento y donde se juntan las fronteras de Perú, Bolivia y Brasil. Nuestra salida por tierra a Cuzco se hace en unas 30 horas por pista de tierra; aquí sólo tenemos 12 kilómetros de carretera asfaltada. En avión son 25 minutos. - ¿En qué consiste su trabajo? - Como formador del Seminario mi dedicación fundamental son las clases y el acompañamiento en la formación humana, espiritual y pastoral de los seminaristas. En fines de semana me toca salir por distintas rutas de río para atender comunidades campesinas. Colaboro también en la pastoral de asentamientos y barrios pobres. - ¿Cuál es su mayor satisfacción? - Sentirme feliz como persona y como sacerdote desde lo que recibo del encuentro con la gente pobre y sencilla. -¿A qué dificultades se enfrenta? - Personalmente a esta edad uno siente la dureza del clima de la selva con tanto calor húmedo. Y en cuanto al trabajo como educador y formador, la diferencia de cultura es una dificultad permanente que cuanto más tiempo pasas aquí más tomas conciencia de ella. - ¿Qué problemas sufre la zona? - Un problema básico es la salud, supera todas nuestras posibilidades. La gente en su pobreza está desasistida. En el aspecto económico, la comercialización es un problema para el campesino, porque el transporte de sus productos por el río es muy caro. - ¿Echa algo de menos? - No sé que decirle. Me gustaría ver a la gente más feliz, sobre todo viviendo en un mundo más justo. - ¿Es cierta la idealización que acompaña a la imagen del misionero? - No creo en idealizaciones. Creo que la misión te hace más sencillo y normal, y por ahí va nuestra felicidad, que se la debemos a la misma gente pobre. - ¿Le ha llegado la polémica que vive España conmedidas como el matrimonio entre homosexuales? - Hoy con la televisión e internet no sentimos las distancias. A los homosexuales se les debe atender en sus derechos con toda dignidad, son nuestros hermanos y amigos. Pero que no sea a costa del debilitamiento de la institución matrimonial. Mire, por aquí en porcentajes muy elevados las parejas no son casados sino convivientes, con la consiguiente desestabilización familiar. Los problemas se palpan y te agobian. Sin duda esta es una de las formas mas atrayentes de buscar a Dios pero es muy costosa y requiere gran dedicación y recursos. Sin duda es una de las obras mas importantes que hace no solo una ya que lo hacen varias personas y normalmente son originadas por la Iglesia. Estos datos nos informan de que la Iglesia somos todos y debemos ayudarnos en comunidad Testimonio de la vida diaria Los cristianos tenemos que tener siempre presente en nuestra vida las virtudes teologales: fe, esperanza, caridad (amor). No por el hecho de haber recibido el bautismo, o por participar en la misa o en los grupos de espiritualidad, etc. ya tenemos fe. Es en las diferentes circunstancias de la vida de cada día donde se demuestra si tenemos o no tenemos una fe verdadera. En la vida diaria es donde tenemos que dar testimonio de nuestra fe a los demás. ¿Cómo sabemos que cuando nos ponemos a rezar nos encontramos con Dios-Padre-Amor y no con nosotros mismos; con el vacío; con un ídolo?Porque nos fiamos de Jesús que nos dice que cuando oramos, en verdad Él sale a nuestro encuentro. La fe es la que establece una relación interna con Dios.La fe no es sólo "sentir" (un sentimiento). Tenemos que orar no porque sentimos o no sentimos, sino porque creemos. La fe es imprescindible para poder llevar una vida auténticamente espiritual y una vida de oración verdadera. La fe, la esperanza y el amor tienen que estar presentes en nuestra vida de cristianos, cada minuto, cada momento, en cada acto. Esto lógicamente es una tarea que nos llevará años y años en el seguimiento de Jesús. La fe la recibo en el bautismo, pero la recibo como un germen, como una semilla que tengo que ir haciendo crecer, lo mismo que la esperanza y el amor. Y podrán ir creciendo en la medida en que las ejercite. Las virtudes teologales (fe, esperanza, amor) tienen que ir cada día creciendo en nuestra existencia. Nuestra se fe se basa en una persona; nosotros creemos en Jesucristo. Tenemos que diferenciar lo que es la fe y en quién creemos de las cosas en las que están envueltas la fe: adaptaciones, mentalidades, culturas, personas, lugares, tiempos, etc. Me pueden fallar las circunstancias y las personas determinadas, pero no la fe en Jesús. El no haber sabido diferenciar esto es lo que ha provocado que muchas veces se rechace la fe, cuando en el fondo de que se rechaza es algo accesorio. Cuando se conoce bien a Jesús, cuando se establece una relación personal-comunitaria con Él, no es tan fácil rechazarlo. La oración es un ir creciendo en la fe. El no saber muchas veces el porqué de las cosas, pero fiarme, poner mi vida en las manos de Alguien que sabe más que yo, que sabe lo que me conviene, y pedirle que me ayude cuando siento que los acontecimientos externos me golpean profundamente y me hacen tambalear mi confianza en Él. Tenemos que ir logrando una fe madura, adulta, personalizada que sepa distinguir lo esencial, aquello que se debe creer y las formas externas, que inclusive con el paso del tiempo cambian; que sabe separar la fe en Dios de personas o grupos que son relativos, que con el tiempo pasan y que no pueden expresar todo lo que es la fe, ya que son limitados. La fe no se queda en algo puramente interno, de cada persona, sino que debe pasar a la realidad social, para que las estructuras sociales se llenen de Dios. Cuando una persona dice que ha perdido la fe o que la está perdiendo, lo primero que tenemos que fijarnos es si esa persona de verdad creía en el Señor, si tenía su vida fundada en Jesús; si realmente la resurrección estaba presente en su vida. Muchas veces lo que ha ocurrido es que la persona no estaba fundada en Dios sino en apariencias o en personas concretas: le falló la persona, pues le falló la fe... Si nuestra fe está fundada en Jesús y sólidamente construida en Él nadie la hará tambalear. Si, en cambio, a pesar de que creamos que "tenemos fe", pero no está fundada en Cristo, ante el menor comentario, ante la menor dificultad, ante la menor crítica... nuestra fe se tambaleará o definitivamente se perderá. La fe hay que cuidarla como un bien frágil y delicado porque el mundo en el que estamos no nos ayuda a mantenerla, y, muchas veces, tampoco nosotros sabemos cómo hacerla crecer. Estas es unas de las formas de buscar a Dios que menos resalta pero posiblemente la mas importante debido a que se puede hacer desde lo mas insignificante. Ya que en dar una moneda al que la necesita o ayuda a una anciana a cruzar la calle es la forma mas discreta de encontrar a Dios ya que Dios habita en todas esas obras